A Brión le tengo un cariño especial. Es la tierra donde nació mi padre y donde tengo pasado un montón de veranos con mi familia y mis amigos.
Que se organice una andaina de 50 kilómetros por estas tierras, la verdad, me hacía mucha ilusión. Es como competir en casa.
Ésta era la primera ruta que se organizaba dentro de la Copa Galega de Andainas, y la verdad es que se notaron algunas carencias.
Si bien fue una bonita caminata de tres anillos que recorrían el Concello, apta para cualquiera que quiera iniciarse en esto del senderismo de resistencia, lo que creo que peor llevó la organización fue la falta de seguridad en los cruces, donde en ninguno, incluido alguna carretera general con cambio de rasante o alguna incorporación a la autovía, estaba Protección Civil para controlar el tráfico, que aunque no hubiera demasiados coches, es algo bastante peligroso.
Después también hubo, a nuestro parecer, un problema con los tiempos de corte, sobre todo para el último de los tres anillos. El tiempo de llegada para el último bucle lo cerraban a las 5 de la tarde, dejando 4 horas para hacer tan solo 14 kilómetros (que da una media de 3’5 km/h, lo que se hace casi caminando de espaldas). Siendo una andaina no competitiva, imaginamos que sería un tiempo aproximado, pero cuando llegamos a las 5 y 10, nos dijeron que no podíamos seguir. Claro, nosotros flipamos, llevando un tiempo similar al resto de andainas en las que habíamos participado, no nos dejaban continuar. No tenía ninguna lógica. Se lo explicábamos a la organización y ellos en sus trece, que no podíamos seguir y que ya había salido el bici escoba de cierre a sacar las marcas (¡5 minutos después del cierre, y en bici!). Después de 10 minutos de debate, diciéndoles que ese tiempo de cierre estaba mal y exponiéndoles nuestros argumentos, entraron en razón y pudimos continuar.
Y no solo llegamos dentro del tiempo, si no que adelantamos al bici de cierre y aún nos sobraron 40 minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario