Miro hacia atrás desde lo alto de O Cebreiro y parece que aun puedo ver con un poco de nostalgia las torres de la catedral de Burgos, de donde partimos hace doce días. Una vez cruzada esa larga recta que nos trajo hasta aquí arriba, hasta parece que se va a echar un poco de menos. Pero sé que hacia delante tengo mi tierra, Galicia y esos siete días que todavía nos quedan para disfrutar del Camino. Se acabaron las rectas interminables. Se acabaron las llanuras. Llegan los caminos sinuosos y los mil tonos de verde.
La primera mañana en tierras galaicas, nos recibe con un impresionante amanecer sobre los montes que subimos el día anterior, con la niebla cubriendo la parte baja del valle y la nieve cubriendo la parte alta, un gran espectáculo digno de contemplar en directo. También es en esta primera etapa por Galicia cuando nos vamos a despedir de la nieve, ya que unos kilómetros después del Alto do Poio entramos en las cotas más bajas de este Camino. Una pena, nos lo hemos pasado demasiado bien con ella.
Y pasiño a pasiño, vamos atravesamos Galicia, por caminos rodeados de árboles centenarios, de ríos y puentes, de valos e portelas, de pequeños pueblos, de vacas y ovejas... Y de mil y una paradas. Son tantos los sitios conocidos y más los desconocidos en los que una parada técnica se convierte en un gran acontecimiento, que es imposible contarlos todos. Algunos como el albergue Don Álvaro, sin duda el mejor albergue de Sarria y probablemente uno de los mejores de Galicia, donde las tarde-noches se pueden convertir en horas de debate o conciertos al calor de una lareira. O el bar de Paradela, O'Mirallos, al lado de la iglesia, en la etapa de Sarria-Portomarín, un pequeño bar de pueblo al pie del Camino, que tiene una de las mejores tartas de queso que he probado nunca, a parte de otras delicias de repostería casera. Obviamente no puede faltar la parada de Melide, a mitad de etapa entre Palas de Rei y Arzúa, para que te puedas meter una buena pulpada, regada con un buen vino blanco, o el de la casa. Aquí hay que tener cuidado, esta parada puede ser muy traicionera, como te despistes te coge la noche antes de que te des cuenta. Y tampoco se puede dejar de parar en A Casa Verde, en Salceda, a unos 8 kilómetros de Pedrouzo, uno de los grandes lugares del Camino, para charlar un rato con Sonia y los suyos, que son de lo mejor que tiene el Camino.
Así van pasando los últimos días, entre paisajes impresionantes, mucha diversión y muy buena compañía. Poco a poco nos vamos acercando al final de viaje, por un lado contentos por haber conseguido el objetivo que nos habíamos propuesto, pero por otro tristes porque este Camino llega a su fin. Pero es lo que hay, toda aventura tiene su final y ahora lo que toca es recapitular y disfrutar de todo lo que hemos ganado: impresionantes paisajes, muchos kilómetros, muchas más agujetas, cantidad de diversión y sobre todo extraordinarios amigos.
Ha sido un inmenso placer compartir este peregrinaje con vosotros, Caminantes. Y contigo también, que nos has acompañado durante todo el viaje en estas letras y estas imágenes. Espero que muy pronto volvamos a hacer otro Camino juntos y que lo disfrutemos tanto o más que este.
O Cebreiro - Triacastela: 21'1 km
Amaneciendo sobre o O Cebreiro
Arte en la nieve
Mucha nieve
Última guerra
Subiendo otra vez
Alto do Poio
Terraza al fresco
Caminando entre la niebla
Corriendo
Últimos metros de nieve
Se acabó la nieve
Caminando entre los pueblos
Triacastela - Sarria: 18'3 km
Primeras horas de la mañana
Regato
Caminos del Camino
Caminos del Camino
A Balsa
Carreiros
Corredoira
Niebla en el monte
Alto de Riocabo
Alto de Riocabo
Vaquita
Otro arroyo
Pasillos naturales
Pasillos naturales
Pasillos naturales
Lareira en el albergue Don Álvaro de Sarria
Sarria - Portomarín: 22'4 km
Puente sobre el río Sarria
Subiendo hacia Barbadelo
Llaneando
Estamos a 100
Oteando el paisaje
Forjando nuevas amistades
Carreiro
Bar O'Mirallos. Tarta de manzana, tarta de almendras, tarta de fresas, flan de café, tarta de queso, tarta de chocolate. Foto Dani B.
Bar O'Mirallos. Nada. Media hora después
Rubia
Impresionante senda
Vilachá, sin posibilidad e perderse
Río Miño
Subida a Portomarín
Portomarín
Portomarín - Palas de Rei: 25 km
Iglesia de San Juan. Portomarín
Puentes de Portomarín
Comenzando la jornada
Repechito mañanero
Repechito mañanero
Beeee!!!!!
Cabrón
Norit
Carreiro
Riachuelo
Volando voy
Palas de Rei - Arzúa: 28'8 km
Caminito
Camino anegado
Puente sobre Río Seco
Puente sobre río Furelos. Melide
Carnaval en Melide
Salud, Peregrinos! Foto Dani B.
Arzúa - Pedrouzo: 19'1 km
Caminando
Avanzando hacia el final
Dos rubias y un peregrino
Caminos del Camino
Es por aquí!
Caminos del Camino
Beeee!!!!!!
Caminos del Camino
Caminos del Camino. Foto Dani B.
A Casa Verde. Hay lugares que aunque estén cerrados hay que parar y hacer la ofrenda
Caminando por el bosque
Atardeciendo
Cayó la noche
BONUS
Bonita foto si esto fuera un blog patrocinado
Making of. Foto Luz O.
Making of del Makin of. Foto Dani B.
Pedrouzo - Compostela: 20 km
Preparado para los últimos kilómetros
Avance
Caminos del Camino
Caminos del Camino
Caminos del Camino
Caminos del Camino
Llegando a Compostela
Caminos del Camino
En la carretera
Compostela
Catedral de Compostela
kilómetro 0 y fin del viaje
El Camino es un lugar especial y no hace falta que seas una persona muy espiritual o religiosa para que te des cuenta. Estás haciendo una ruta que se recorre desde hace miles de años. Cristianos, romanos, celtas, griegos... recorrieron este Camino que los llevaba hacia el fin del mundo y hacia dentro, a través de muchos kilómetros y muchas aventuras. Ya sea solo por la historia que sostienen las piedras que vas pisando, sabes que es así.
Pero no es solamente eso, en el Camino, todas las personas que se aventuran a hacerlo, terminan sintiendo una gran conexión hacia el resto de peregrinos. Si de verdad haces el Camino, da igual de donde seas, como seas, o a que estatua le reces, si es que le rezas a alguna; todos vamos a hacer los mismos kilómetros, a pisar la misma tierra y el mismo barro y todos vamos tener dolores similares y satisfacciones muy parecidas al terminar cada etapa. Esto hace que se cree un sentimiento de hermandad que se ve en muy pocos lugares.
Si quieres descubrir los secretos que guarda el Camino, deja de mirar blogs por internet. Levanta tu culo de la silla, pilla una mochila, rellénala con lo Justo y necesario y tira millas. Te aseguro que vas a descubrir muchas más cosas de las que te imaginas.
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