vagando voy: El ascenso al cielo (Caminado entre Burgos y Compostela. 3ª Parte)

Astorga - O Cebreiro. 4 jornadas. 105'6 km. 154'7 km para Compostela

He de reconocer que quizás me haya pasado un pelín con Castilla y no sea tan valle estéril como fui relatando. A medida que vas caminando hacia el oeste el paisaje y el terreno van mejorando. La recta ya no es tan recta y se empiezan a apreciar los toboganes, los repechos y las subidas simpáticas. Empiezan a aparecer la vegetación y algunos de los lugares más míticos del Camino de Santiago Francés, León, Cruz de Ferro, Manjarín, Ponferrada, Cacabelos, Villafranca, La Faba...

Mucha gente nos había dicho que después de Astorga y hasta Ponferrada el camino iba a estar imposible, e incluso que Protección Civil no nos iba a dejar seguir. Que seguramente tendríamos que coger un autobús hasta Ponferrada, porque la subida a Foncebadón y Cruz de Ferro iba a estar bloqueada por la nieve. Pero nosotros habíamos ido a jugar. Y jugamos.

La etapa de Astorga a Foncebadón empezó como cualquier otra, con sueño, con frío, pasando por las zonas de interés de la localidad en la que dormimos y con las típicas vueltas para salir de allí.

Pero a la salida de Astorga, donde comenzaba nuestra tan querida recta, estaba aparcado un coche de la Guardia Civil con uno de los agentes fuera. El día estaba completamente despejado y hacía frío (por eso nos extrañaba ver al guardia fuera del coche), pero no tenía pinta de que fuera a empeorar. Nos temimos lo peor. Y cuando ya estábamos cerca de ellos, el tío nos mira y se mete en el coche, sin más. Pasamos a su lado. Ni ellos dijeron nada ni nosotros tampoco. Seguimos nuestro camino y ellos siguieron descansando.

Hasta Rabanal del Camino, fue un día similar a los otros, andaderos de tierra y alguna carretera secundaria. Sólo que ya no caminábamos por la estepa, si no que caminábamos entre vegetación. Y a lo lejos, el horizonte ya no era una simple línea recta, si no montañas nevadas. A partir de aquí el Camino se puso impresionante. Ya en subida el camino estaba completamente nevado, solo abierto en algunas zonas por otros peregrinos que habían pasado hacía unas horas. Una gozada verse metido en este fregado, disfrutando del paisaje y del paseo. Sufriendo en algunos tramos complicados, haciendo fuera pistas en otros o teniendo que saltar a la carretera en los que no se podía pasar.

La llegada a Foncebadón fue como si nos hubiésemos colado dentro de una postal de navidad, con el pueblo completamente nevado.

Para guinda final del día, rematamos la noche con un concierto que se improvisó en el albergue.

En la etapa entre Foncebadón y Ponferrada, la cosa mejoró más aun. Aunque por la mañana tuvimos que salir por carretera, porque el camino estaba imposible, no perdió ni un poquito de su encanto, pudiendo ver una perspectiva de Foncebadón y todo su entorno que nos dejó helados (jeje). También pudimos ver como algún intrépido peregrino se había aventurado a meterse por el Camino original, verdad, Ángel ;)

Desde la salida de Foncebadón hasta El Acebo fueron sin lugar a dudas unos de los mejores kilómetros que hicimos en este Camino. La cantidad de nieve iba aumentando a medida que íbamos ascendiendo hacia Cruz de Ferro. Éste es el punto más alto del Camino de Santiago Francés, con 1500 metros y lo acompaña un entorno que en vez de a 1500, parece que estás a 5500 metros de altitud. Es realmente impresionante.

Después del Acebo es todo bajada hasta Ponferrada, que la ves kilómetros antes de llegar (seguimos en Castilla, por si lo habías olvidado), presidida por la torre de la Rosaleda, También llamada el edificio Jenga.

La siguiente es una jornada de transición para la etapa de O Cebreiro. Hay muchas posibilidades para finalizar esta etapa, según los kilómetros que quieras dejar para el día siguiente o lo grande que quieras que sea el pueblo en el que vayas pasar la noche. Nuestra intención era parar en Pereje, para dejar la siguiente etapa en 23 kilómetros, pero resultó que el albergue estaba cerrado y nos tuvimos que meter casi 5 kilómetros más, hasta Trabadelo. Aunque no parezcan demasiados, enterarse a las siete de la tarde que te queda una hora y pico más de caminata de lo que pensabas, no hace demasiada gracia, pero como buen peregrino te lo tomas con filosofía y disfrutas de esa hora de caminata nocturna.

Lo más destacable de esta etapa fue la parada en Moncloa de San Lárazo, en Cacabelos, en donde nos metimos una generosa comida a la salud de las tierras castellanas, que después de casi 11 días a través de ellas, estaban a punto de llegar a su fin.

Y por fin llega la etapa reina. No teníamos muy claro que nos la dejaran hacer por el monte, sabíamos que había bastante nieve y que daban más nieve todavía para este día. Pero cuando llegamos al desvío donde se divide el camino para ir por carretera o por el monte y allí no había nadie que nos "sugiriera" por donde deberíamos ir. Así que apelamos a nuestro sentido común. Y fuimos por el monte, por supuesto.

¡Madre mía, qué gozada! Hubo tramos duros, no lo voy a negar, pero una minucia comparado con todo lo que disfrutamos haciendo esta subida. En el primer tramo, hasta La Faba, quizás los más empinados, tuvimos poca nieve, pero a partir de ahí la cosa se puso muy blanca e incluso la niebla bajó a darnos la bienvenida a Galicia. Fue una pena porque no pudimos disfrutar de las vistas que ofrece O Cebreiro, pero no ver lo que tienes a más de 15 metros también tiene su encanto.

Hubo algunos tramos bastante complicados, en los que la nieve llegaba al metro de profundidad, así que intentábamos caminar lo más juntos posible unos de otros e ir aprovechando las pisadas de los que iban delante para tener la nieve más compacta y que así el avance fuera más fácil.

Y así, entre nieve, niebla y un par de guerras de bolas de nieve (ninguna baja, sólo un herido leve) llegamos al final de la etapa, Pedrafita do Cebreiro. El final, también, de nuestros días de Camino por Castilla y el comienzo de nuestros pasos por Galicia.

Astorga - Foncebadón: 25'9 km