A estas alturas de camino, ya conoces mi pasión por los paseos
kilométricos y también sabes que fue la Pontevedrada la que me metió en el
vicio de las ultracamintas.
Y es que una organización tan perfectamente cuidada como la
que tiene; que el recorrido sea por algunos de los mejores tramos del Camino de
Santiago Portugués; que sea de noche, con todo ese halo místico que rodea el caminar
a la luz de las estrellas por el medio del monte, y además, que todo esto sea
por una causa tan noble como fomentar la donación de sangre y tejidos, es
imposible que no te aficiones.
En esta sexta edición de la Pontevedrada, es el tercer año consecutivo que participo y
seguro que no será el último.
Al contrario que en la edición pasada, que ese fin de semana
parecía que íbamos a tener que meter una pareja de cada especie en un barco, este
año el buen tiempo acompañó a los casi 1200 caminantes que participaron. Y aunque
la noche fue bastante fría, sobre unos 5 grados, la temperatura fue ideal para andar
caminando entre los montes galaicos.
Un cielo completamente despejado en el que las estrellas miraban
como ahora éramos nosotros los que iluminábamos el camino y entre oscuros
bosques en los que solo se oía el agua correr y el movimiento de la hojarasca, daban
pie a que las historias más siniestras de Iker Jiménez se personaran ante
nuestros ojos, pero nosotros, curtidos caminantes, no nos dejamos intimidar.
Y paso a paso, nos alcanzó la mañana, y nosotros, después de
63 kilómetros, triunfantes, alcanzamos nuestro ansiado objetivo, la plaza del
Obradoiro.
Pontevedreando
Pontevedreando
Presentación de la VI Pontevedrada
20:00 Comienza la Pontevedrada
Primera Parada. San Amaro
Alone in the dark
La Organización
Caldas de Reis
Un punto de avituallamiento perdido en algún lugar
Qué diría Iker Jiménez?
Valga
Última parada?
Sale el sol por la mañana...
...por la mañana sale el sol
Últimos 10 kilómetros
El objetivo a tiro de piedra (una noria?)
kilómetro 63. Conseguido!
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