vagando voy: Ancha es Castilla (Caminando entre Burgos y Compostela. 1ª Parte)

Burgos - Sahagún. 4 jornadas. 123'8km. 365'1 km para Compostela.

Lo de Ancha es Castilla lo digo en el sentido más literal de la frase. Son 407 kilómetros de Camino de Santiago, desde su entrada por La Rioja en Redecilla del Camino hasta su salida a Galicia por Laguna de Castilla. Y son 400 kilómetros y pico que casi los puedes ver todos desde tu entrada en Castilla si entrecierras un poco los ojos y te pones de puntillas . Me imagino que ahí es donde reside el encanto del Camino por estas tierras, ¿no?

Para un gallego como yo, acostumbrado al monte y al minifundio, ver fincas que miden 15 km de largo me llama bastante la atención. Mirar en lontananza y ver solo el horizonte, únicamente cruzado por algún pueblecito o algún camino, es impresionante. Al primer día.

Al segundo sigue estando bastante bien.

Al tercero, venga, va.

Al cuarto ¡¡¡buff!!!

A partir de ahí...

Pero bueno, es uno de los trámites que hay que pasar en el Camino de Santiago. Dicen que las etapas de Castilla son más mentales que físicas.

La salida de esta caminata la hicimos en Burgos, para llegar a Compostela en 19 etapas, que eran los días que disponíamos para hacer este viaje. Y para que el Camino fuera más divertido, nos acompañó durante casi todas las jornadas uno de los mayores temporales de frío y nieve de los últimos 10 años, o eso decían. Vamos, que mirábamos la tele y nos acojonaba poner un pie en la calle por lo que nos contaba la gente del telediario, "Metros de nieve en las carreteras", "Ríos desbordados", "Castilla al borde del colapso por nieve". Los amigos nos llamaban diciendo que era una locura que estuviéramos por ahí caminando y que lo dejáramos para otro momento, que no nos querían ver convertidos en mikolápices. Pero nos asomábamos a la ventana del albergue y si bien hacía fresquete y nevaba, tampoco se veía el fin del mundo demasiado cerca. Así que decidimos tirar para adelante con la aventura.

Hay que reconocer que salir de Burgos, por la mañana y nevando es muy chulo. Eso sí, hay que ir con un poco de cuidado, mi Camino casi se acaba a los 20 metros de empezar. Mi primera casi hostia fue en las escaleras de la catedral, y es que no me acordaba de que la nieve resbala.

Salir de Burgos es comenzar con ese pedazo de recta que te lleva hasta Galicia. La ves venir. Y también la ves como se va yendo. Pero se supone que estás mentalizado para eso, forma parte de la exhaustiva preparación física y mental a la que te sometes antes de emprender un viaje como éste, ¿o no?.

Por cierto, no intentes meterte 40 kilómetros si es la primera etapa que caminas, es bastante probable que no lo consigas.

Después de hacer toda una etapa caminando en llano casi se agradece algún cambio en el terreno. Hasta que vas viendo a lo lejos (en Castilla se ve casi todo a lo lejos) que ese cambio en la configuración del camino se llama Teso de Mosterales y es una "pequeña" subida con un desnivel del 12%. Como toca subirla a principio de la mañana, te entran ganas de tragarte para desayunar esas palabras que decías que querías un cambio en el terreno.

¿Y qué hay detrás de una gran subida? Efectivamente, una gran bajada. Antes de comenzar el descenso ya podíamos ver, con ojos ávidos y deseosos, esa recta llana, interminable, de la que tanto rajábamos hace un rato.

Después de unas horas de subir y bajar no hay nada mejor que refrescarse un poco, y nosotros tuvimos la suerte de hacerlo con hora y media de aguanieve, de la mano de unos estupendos vientos gélidos que hicieron que termináramos la etapa la mar fresquitos.

La tercera etapa es una jornada clave. Peregrinos experimentados te dirán que es el peor día de todos los que vayas a caminar. Te lo puedes creer o no. El tercer día es cuando todos los achaques de los primeros días van a perder la vergüenza y van a salir a decirte lo que opinan de que estés caminado ocho horas al día. Hay que saber llevar este día, que puede marcar un punto de inflexión para el resto de la caminata.

Los primeros kilómetros de este nuestro tercer día, nos los entretuvo el Canal de Castilla, que le dieron un aire diferente a esta maravillosa recta que nos lleva hacia el oeste.

También cabe destacar en esta etapa la generosidad que vimos por parte de algunas personas que te encuentras por el Camino (que paran su coche, bajan, te saludan, te preguntan qué tal estás y te ofrecen, sin ninguna intención económica, lo que lleven), frente a otros (no voy a nombrar el bar que está en frente de la iglesia de Villalcázar de Sirga), que te cobran por un bocadillo lo que por un plato de percebes.

Para la cuarta etapa nos recibe la Vía Aquitana, una parte del trazado original de la calzada romana que unía Burdeos con Astorga hace más de 2000 años y que todavía se conserva en la actualidad. ¡Qué emoción!, estás caminando sobre una parte de la historia de Europa, seguro que por aquí pasaron legiones romanas, caballeros cruzados, Indiana Jones...

A ver, esta Vía, actualmente, viene siendo 17 kilómetros de nada de nada. Nada a la izquierda, nada a la derecha, camino para delante, camino para atrás . Con un poco de suerte ves algún pajarraco simpático, alguna planta curiosa o algo para entretenerte, si no seguramente termines viendo esas legiones romanas de hace 2000 años (yo vi huellas de un niño descalzo sobre la nieve).

Nos gustó tanto esta etapa que al final decidimos estirarla hasta los 40 kilómetros para llegar a Sahagún.

Burgos - Hontanas: 31'1 km