Diez años después de abandonarla, por fin he vuelto a Barcelona,
una ciudad que me ha regalado unos años increíbles. La cita no ha estado a la altura de las expectativas, las ha superado.
Reencuentro con los amigos y los lugares que aquí habían quedado. Ver como han cambiado, o como no. Encontrar nuevos lugares. Y saber que siguen quedando muchos por descubrir.
Como siempre los días se quedan cortos y no hay tiempo para hacer ni la mitad de las cosas que se tienen planeadas. Así que aquí queda la promesa de volver, y esta vez en menos de diez años.
Una de las cosas que más me gustaba hacer cuando vivía en Barcelona era ir al centro y vagar por sus calles, simplemente, mirando como fluye la vida por ellas, mezclándose culturas, guiris, familias haciendo la compra, estudiantes, arte clásico, arte moderno, arte callejero, luz, oscuridad… todo un contraste para los sentidos.
Aquí mi pequeño homenaje a esta Barcelona que tanto me gusta.
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